Fue feliz y bendita la iniciativa de la Orden, gracias al Hno. Augusto Gonçalves, de trasladarse a Aparecida do Taboado y de fundar en esta ciudad tan pequeña pero participativa, la Casa de Hospitalidad San Juan de Dios.

Me crié en una familia cristiana y siempre he nutrido mi fe en la comunidad. Soy una profesora jubilada y fui miembro del movimiento católico Cursillos de Cristiandad: sin embargo cuando conocí esta obra y me involucré en ella descubrí una nueva fuente de recursos para mi vida.

Esta nos dio la oportunidad de transformar nuestros dones y carismas en acciones, como voluntarios, entendiendo, escuchando y examinando las diferentes situaciones de malestar social, falta de salud, alimentos y acompañamiento en nuestra ciudad de 23.000 habitantes. En esta misión tratamos de ser, con atención y cariño, una presencia cálida para quienes visitamos en sus casas o para quienes vienen a vernos para plantearnos sus necesidades urgentes que conllevan incluso situaciones de letargia incluso sin esperanzas…

 El lema de esta casa – "Por la vida, toda la vida " [Pela vida a vida toda] – nos impulsa y nos alienta a desarrollar acciones y actitudes capaces de proporcionar a quienes nos necesitan, importantes dosis de esperanza y dignidad. Cuando vamos a limpiar algunas casas, cuando acompañamos a los pacientes ingresados  o a las consultas, cuando ofrecemos ropa y abrigos o bien servimos comidas pensamos que estamos ayudando a Jesús. Y viceversa, cuando recibimos dones, mantas, ropa y ofertas de los bienhechores etc. estamos convencidos que todo eso es obra de Dios a través del Espíritu Santo.

En el juego de la vida, quienes consiguen tener y vivir el carisma del intercambio reciproco de experiencias colaboran con quienes no consiguen comprender las cartas de este juego…