Navidad 2019

Carta Circular del Superior General

   

“Lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada” (Lucas 2,7)

 

A todos los Miembros de la FamiliaHospitalaria de San Juan de Dios

 

Mis queridosHermanos, Colaboradores, Voluntarios y amigos:

 

Llega laNavidad y quiero enviaros mi felicitación con el deseo de que el Niño Diosnazca en nuestros corazones y llene de paz y alegría la vida de cada uno devosotros y de vuestras familias, así como la de todas las personas que sufren acausa de la enfermedad, la violencia y la marginación.

 

En la Navidadcelebramos el misterio de la Encarnación. Dios no nos abandona a nuestra suertesino que se hace carne de nuestra carne. La característica que mejor define aDios es “que tiene entrañas demisericordia” con su pueblo (Cf. Lucas 1,78). La culminación de su amormisericordioso a los hombres y mujeres se produce con la decisión que encarnarse, de solidarizarse con los sereshumanos.

 

Lo hace de laforma más sorprendente, naciendo pobremente, rebajándose hasta el extremo, para proclamar la dignidad de todaslas personas, más allá de su condición, de su estado y de sus capacidades. Asínació Jesús, así se encarnó el Señor, enun pesebre porque no tenían sitio en la posada. Así se humaniza nuestroDios. Todo comenzó con un Niño que nació en Belén, el Hijo de Dios. Allí sedesbordó la alegría de María y de José, de los ángeles, de los pastores y delos magos que vieron y siguieron la estrella hasta encontrar al recien nacido, puesto en un pesebre.

 

¡Lo acostó enun pesebre!. No tenían sitio en la posada. El Señor sigue solidarizándoseespecialmente con todos los niños y sus madres, que en nuestro tiempo siguennaciendo pobremente y en condiciones difíciles, así como con todas las madresque dan a luz a sus niños con muchas dificultades, sin ayuda ni asistencia ysobre todo aquellas que sufren para poder criarlos adecuadamente por falta demedios o por enfermedades consecuencia del parto.

 

Este añodeseo referirme brevemente a estas madres y a estos niños, para quienes elSeñor nace en esta Navidad y a quienes somos llamados a asistirles y ayudarlesdesde nuestro carisma y desde nuestra misión de hospitalidad, como ya se haceen muchos lugares donde está presente la Orden.

 

Hace poco másde un mes, tuve la fortuna de visitar las Obras de la Orden en Malawi, tanto enla capital Lilongwe, creadas más recientemente, como en Mzuzu, para celebrarlos 25 años de la llegada de los Hermanos y Colaboradores de Irlanda a estebonito país. La misión que allí se realiza es muy hermosa y extensa: asistenciaen salud mental y adiciones, programas para niños de la calle, para mujeres condificultades, ancianos, formación de diversas especialidades en ciencias de lasalud etc. Pero me impresionó de forma especial el relato del programa de SaludMental Maternal, para atender a las madres, antes y después del parto, conproblemas de salud mental, la mayoría como consecuencia de dar a luz una nuevavida, que en ocasiones se llena de sufrimiento para esas madres y cuyasconsecuencias las sufren los recien nacidos.

 

Se encuentranun buen número de madres con problemas de depresión, ansiedad e inclusopsicosis, cuyas causas son en su mayoría la pobreza, la violencia y la pocaayuda familiar y social. Es un serio problema, pero se puede tratar y superarcon la ayuda adecuda. Nuestros Servicios en Malawi, tienen un programa paraello y gracias a Dios, con su ayuda, con la prevención a través de la formacióny otros instrumentos y con el tratamiento adecuado, están siendo capaces dehacer sonreir a muchas madres que encuentran graves dificultades para llevaradelante el embarazo y para criar a sus niños por las causas que dije antes. Paraellas y para todas las madres del mundo que viven estas situaciones, nuestrohomenaje y nuestra atención. Para ellas nace el Niño Dios, para hacerlessonreir, gozar de su maternidad y de sus niños, como lo hicieron José y María,a pesar de su pobreza, con su niño acostadoen un pesebre.        

 

¡Gracias atodos los miembros de nuestra Familia en Malawi y en cualquier parte del mundo,que realizáis vuestra misión cuidando y ayudando a las madres en situacionesdifíciles durante su maternidad, así como a los recien nacidos, acompañándolesy dándoles el soporte necesario!.

 

¡Es Navidad!.En una noche fría nació el Salvador.  ¡Acojámoslocon gozo!, porque ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos loshombres (Tito, 2,11). Vivamos el tiempo de Navidad con la esperanza de quela luz del Niño Dios ilumina todas las oscuridades que encontramos en nuestromundo. Unámonos al recien nacido en el compromiso a favor de la dignidad detodos los seres humanos, especialmente los más frágiles, desde la hospitalidadal estilo de San Juan de Dios. De esta forma, como nos decía el Papa Franciscoa los capitulares el 1 de febrero de este año, seremos iconos de las entrañas demisericordia de Dios.

 

Deseo paratodos, Hermanos, Colaboradores, Voluntarios, Bienhechores y amigos de la Orden,enfermos y asistidos en nuestros Centros y para vuestras familias, unas felicesfiestas de Navidad y un próspero año nuevo 2020. Para todos los Hermanos yColaboradores que estos días estaréis al servicio de las personas asistidas ennuestros Centros, especialmente el Día de Navidad, mi  sincero agradecimiento y reconocimiento ennombre de toda la Orden.

 

¡En mi nombrey en el de toda la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios de la CuriaGeneral,  Hermanos y Colaboradores, osdeseo a todos una Feliz Navidad llena de paz  y de alegría!.

 

 

 

Hno. Jesús Etayo

Superior General



 

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