Solemnidad de San Juan de Dios

Carta Circular del Superior General

 


La fuerza de la caridad


A todos losHermanos y Colaboradores, miembros de la Familia Hospitalaria de San Juan deDios


Con motivo de la solemnidad deSan Juan de Dios el 8 de marzo, me dirijo a toda la Familia Hospitalaria de SanJuan de Dios para felicitaros y desearos una feliz fiesta en todos los lugaresdonde la Orden está presente. Con la prudencia necesaria por la pandemia quetodavía vivimos, os invito a celebrarla con sencillez, profundidad y alegría eneste año jubilar en el que se cumplen 450 años del reconocimiento de nuestroInstituto por la Iglesia, con la bula Licet ex debito del Papa San PioV.

Como sabéis el pasado 28 dediciembre falleció en Zaragoza (España) el Hno. Pascual Piles, que fue SuperiorGeneral de la Orden los años 1994 al 2006. Era un apasionado de la figura deSan Juan de Dios, de la persona, del santo, del hospitalario. Decía que confrecuencia hablaba con él en su oración y su espíritu le guiaba en su vida y ensu misión. Ahora lo hará directamente en el cielo y nosotros les pedimos aambos que sigan intercediendo por nuestra Familia, que tanto aman y por la quedieron la vida, especialmente en este año en el que se celebran los CapítulosProvinciales.

Como homenaje a nuestro Hno.Pascual Piles, me ha parecido oportuno este año, felicitaros la fiesta de SanJuan de Dios, reproduciendo el mensaje que escribió a toda la Orden el 8 demarzo de 1995 con motivo de la apertura del V Centenario del nacimiento de SanJuan de Dios, titulado “La fuerza de la caridad”[1].


1.  En esto hemos conocido elamor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestravida por los hermanos (1ª Jn 3, 16).

 

     Es la interpretación que hace San Juande Jesucristo. Lo define como el amor, y la verdadera prueba de que nos haamado tanto es que ha muerto por nosotros. San Juan hace además una llamada ala vida del cristiano. Jesús nos ha dado este testimonio, pero estamos llamadosa hacer como él, a dar nuestras vidas por los demás. Este mensaje lo hanaceptado muchas personas que, tomando como proyecto, desde Cristo, el vivir en funciónde los demás, se han entregado con toda su alma, con múltiples actitudes yactividades realizadas, teniendo como punto de mira el bien de su prójimo.

 

           Así lointuyó Juan de Dios, un montemorense de los siglos XV y XVI, que vivió desde Cristoen función de los demás. Intuyó plenamente esta llamada, escuchando un sermóndel Maestro de Avila en la ermita de los mártires de Granada, el día 20 deenero de 1539, fiesta de San Sebastián. Fortaleció, poco a poco, su respuesta,bajo la guía de San Juan de Avila, a quien tuvo como su Director espiritual, ydesde entonces su vida fue una encarnación plena del amor, de la caridad y dela misericordia de Dios para con los hombres.

 

Juande Dios escogió como destinatarios los pobres, los enfermos y los necesitados,para hacer evidente el amor de Dios. Inició para ellos una obra, sin contar conrecursos, sin apoyos externos. Más bien con dudas con respecto a su persona. Laautenticidad de su planteamiento de amor a los demás, le hizo ganar poco a pocoen credibilidad y fue reconocido y ayudado, no sólo por la ciudad de Granada,sino por toda Andalucía y España entera.

 

Alcelebrar la apertura del V Centenario de su nacimiento aquí en Montemor-o-Novo,queremos proclamar con voz fuerte, que por todo lo que hizo, valoramos su vidacomo un canto de amor, como un canto de caridad. Lo hago para la ciudad deMontemor-o-Novo, para todos los fieles de esta comarca que se han congregadoaquí con motivo de esta celebración. Lo hago para la Orden: Hermanos Colaboradores:Trabajadores, Voluntarios y Bienhechores, Enfermos y necesitados. Lo hago paratoda la Iglesia y el mundo entero. Sí, la vida de Juan de Dios fue un canto deamor. Entendió el signo de Cristo y como él se entregó hasta la muerte, que ensu caso no fue una muerte cruenta, sino una muerte provocada por su deshacersepor los demás.

 

     El evocar hoy su recuerdo es parahomenajearle. Todo se lo merece. Pero el mejor homenaje que podemos hacerle esque le imitemos con nuestras vidas. Cada uno desde el lugar que ocupamos ennuestra sociedad, cada uno desde nuestra identidad dentro de la Iglesia.Estamos llamados a vivir siendo amor, siendo caridad, siendo hospitalidad, comoél.

 

      Nos sentimos Iglesia fundada porJesucristo para realizar un proyecto de amor. La misma Iglesia que amó y de laque se sintió hijo fiel San Juan de Dios. La Iglesia que reconoció su santidady que nos lo ha presentado como ejemplo de vida. La Iglesia que, en la personadel Santo Padre Juan Pablo II, se siente identificada con la apertura de este VCentenario del nacimiento de San Juan de Dios y ha querido hacerse presenteenviándonos un Delegado suyo en la persona del Cardenal Fiorenzo Angelini,hermano nuestro, porque la Orden le concedió la Carta de Hermandad y Presidentedel Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios.

 

Nuestrasociedad necesita de proyectos encarnados, fundamentados en el amor. Lospolíticos, los profesionales, los ciudadanos, creyentes y no creyentes, estamosllamados a crear una sociedad en la que se elimine la violencia, lamarginación, la competitividad, la manipulación y se fundamente en la justicia,en la solidaridad, en el respeto a la dignidad de los demás, en el amor.

 

      La Orden está llamada a promoveruna sociedad en la que se atienda a las verdaderas necesidades de las personasy como Juan de Dios debe crear estructuras alternativas socio-sanitariasdignificantes para los enfermos, los pobres, los marginados. En donde seantratados con humanismo, con técnica, con amor. Juan de Dios no fue hombre depalabras, más bien fue un hombre de vida, de mucha vida. No obstante, eso noquiere decir que no tuviera su filosofía y su teología del vivir. La tuvo y laplasmó no solamente viviendo, sino también en las Cartas que escribió. De ellassacamos como legado, mensaje para nosotros hoy, las siguientes expresiones queanalizaremos una por una.

 

          

2.  Tened siempre caridad, porquedonde no hay caridad no hay Dios, aunque Dios en todo lugar está (Carta a LuisBautista 15).

 

           Presentael amor como elemento que posibilita la presencia de Dios en la realidad. Es unpensamiento bíblico expresado por el evangelio de Mateo (Cfr. 25, 39-40) y enla 1ª Carta de San Juan (Cfr. 4, 20). Teológicamente, sabemos que Dios está entodo lugar, sabemos que de forma real se encuentra en la Eucaristía, en suPalabra. Dios está también en el hermano, en el otro que debe ser tomado ytratado como hermano.

 

     De ahí, el que los proyectos que sefundamentan en la entrega a los demás, son proyectos que están aún sin querer,haciendo evidente la presencia de Dios. Sin embargo, los que se fundamentan enel medrar, en el dividir, en el violentar, en el agredir, anulan la presenciade Dios. Su palabra, la de Juan de Dios, es para nosotros interpelación.¿Colaboro a la posibilidad de hacer presente a Dios en la vida o soy, más bien,persona que imposibilita su presencia? Hermanos, Colaboradores de laOrden, ciudadanos de Montemor-o-Novo y del mundo entero, hagamos factible através del amor la presencia de Dios en el mundo, cuyo único proyecto sefundamenta en el amor. Así lo hizo Juan de Dios.

  

3.  Si considerásemos lo grandeque es la misericordia de Dios, nunca dejaríamos de hacer el bien mientraspudiésemos (1ª Carta a la Duquesa de Sesa 13).

 

     Un proyecto de amor puede además serenriquecido por la experiencia del amor de Dios, que nos fortalece y nos dacapacidad para darnos a los demás. Llegar a experimentar lo que Dios nos amalleva consigo entrar en un clima de fe. La fe es un don y llegar a sentirpersonalmente la experiencia del amor de Dios es también un gran don.

 

              Sabemos que tenemos que vivir abiertos alos demás, en función de las necesidades de los demás, pero a veces nuestroegoísmo nos lo impide. Juan de Dios, desde la experiencia tenida en su propiacarne del amor de Dios es como un motor acelerado. No puede dejar de hacer elbien. A todos, en todo momento, por cualquier causa. Desde la experiencia delamor de Dios se vida queda totalmente transformada.

 

     Nuestro último Capítulo General haproclamado este año del Centenario como Año Jubilar pretendiendo que fuese paratodas las personas vinculadas a la Orden, para todas las personas vinculadas a Juande Dios de verdadera renovación espiritual. Que sea un año en queexperimentemos, como Juan de Dios, el amor que Dios nos tiene, que nos capacitepara no dejar nunca de hacer el bien mientras podamos.

 

Programasde humanización de la asistencia, de cultura de la hospitalidad, de captaciónde las    necesidades de nuestrosacogidos y de sus familias, de integración y coordinación en la dedicación a lamarginación, de aplicación de los planteamientos éticos de la asistencia, etc.Todo entra en el deseo de "no dejar nunca de hacer el bien mientraspudiésemos".

 

 4.  Como el agua apaga elfuego, así la caridad borra el pecado (1ª Carta a la Duquesa de Sesa 13).

 

     Un proyecto de vida basado en lacaridad, en el amor nos da carta blanca para nuestra vida. Es el "ama yhaz lo que quieras" de San Agustín (Tratado sobre la 1ª Carta de San Juan,VIII, 8). Es el clima de amor que Juan de la Cruz considera que existirá en elmomento definitivo: "Al atardecer de la vida te examinarán del amor"(Dichos de luz y amor 59). La persona que ama, que lo hace profundamente, nopuede permanecer en el pecado. Son dos realidades que se repelen. El amor y elpecado no pueden convivir, el amor y el egoísmo son contrapuestos, no puedendarse al mismo tiempo.

 

     Dispongámonos a amar como lo hizo Juande Dios. El problema es cuando queremos hacerlo a medias: sí pero no. Asumirlas actitudes de Juan de Dios es lanzarse a la vida, con valentía, sin miedo,pero con esperanza, con la ilusión de participar en un proyecto que vale lapena, con la certeza de que en la medida que amamos impedimos que aparezca ennosotros el pecado, no damos entrada al egoísmo, construimos fraternidad, nosconvertimos en hospitalidad.

 

 5.  Tened siemprecaridad, pues ella es madre de todas las virtudes (3ª Carta a la Duquesa deSesa 16).

 

      A mi entender ésta es la másenglobante de las cuatro aportaciones de Juan de Dios: nos exhorta a tenercaridad, a amar siempre, a que el amor sea actitud fundamental de nuestra vida.Porque hace que aparezcan todas las demás virtudes, es la madre de todas lasvirtudes. Donde hay amor se da todo, donde no existe el amor no se da nada.

 

     Os deseo que os abráis a una vida fundamentadaen el amor, en la fraternidad, en la justicia. Participar en la apertura del VCentenario del nacimiento de San Juan de Dios y en los actos que se vayancelebrando es entrar en el clima del espíritu que él tuvo. El Centenario loclausuraremos en Granada el próximo año, en la ciudad y en el día en que murió,pero nos comprometemos a trabajar siempre como él lo hizo en un proyecto deamor.

 

           Que elCentenario sea para todos nosotros posibilidad de experimentar de formaprofunda la fuerza del   amor.

 

Como siempre en estas fechas deseo informar a toda nuestra FamiliaHospitalaria de San Juan de Dios del resultado de la campaña del año 2021: “Campañade apoyo y sostenibilidad del Centro San Juan de Dios de Batibó. Camerún”. Eltotal recibido ha sido de 375.715,61 euros, fruto de la solidaridad de todos,que les agradezco de corazón.

 

Les comunico que para el presente año 2022 la campañaserá para apoyar nuestras Obras de Cuba. Concretamente son dosproyectos: 1) Sanatorio San Juan de Dios de La Habana: Habilitación de laUnidad Santa Ana para mujeres mayores en estado crónico con 21 camas; 2) HogarSan Rafael de La Habana:  Unidad deCuidados Paliativos para personas al final de su vida con 15 camas.Próximamente les enviaremos información más concreta sobre estos proyectos. Lesinvito a apoyarlos ya que son muy necesarios y les agradezco su generosidadcomo siempre lo hacen. 


Que la fuerza de la caridad de San Juan de Dios y eltestimonio de hospitalidad y fraternidad de nuestro Hno. Pascual Piles, animena toda nuestra Familia Hospitalaria a vivir con pasión y con alegría nuestravocación de hospitalidad al servicio de las personas enfermas, pobres ynecesitadas.

Unidos en el Señor yen San Juan de Dios, recibid un abrazo fraterno

 

 

Hno. Jesús Etayo

Superior General



[1] Piles, P. La fuerza de laCaridad. Montemor-o-Novo, 8 de marzo de 1995. 

 

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